viernes, 26 de septiembre de 2008

Yo Soy

Me ha pedido una auto-entrevista. No me resulta fácil empezar, ya bastantes preguntas rondan en mis circuitos. Entonces para saltar la barrera que propone el formato comienzo a explayarme. Vos que casi me conocés ahí va mi presentación:
Nací en el pueblo de mi mamá, Cnel. Pringles, un otoño del año 1974. El primero de varios y uno más de tantos nietos. Algo lindo a rescatar, pues que es una familia religiosa de ambos lados.
Luego, conforme los años me crié en la tranquilidad del campo, que fue donde se disparó mi incontrolable fantasía. Fue un momento muy cuidado por mis padres, nutrido por amigos especiales. Con inolvidables tardes de juego y maravillosas vacaciones compartidas.
En una segunda etapa anduve rondando por las calles del pueblo de mi papá. Se llama Indio Rico, allí maduré. Allí reí, lloré, amé todo con pasión adolescente. En aquel momento acaparé algunos amigos, algunos perdidos en el tiempo, otros que siguen a mi lado.
Con el tiempo vino la Universidad, cambié nuevamente de escenario y me encontré sin darme cuenta con mi ciudad, serrana, que adopte finalmente. Ella me ha dado muchas cosas: una profesión, un trabajo, un amor, amigos, que más me dio?… un rincón donde llorar, una ventana por donde esperar, sendas por donde caminar, una plaza con aroma a tilo. En ella recorrí noches de alegría, horas sin prisa, minutos de café…amigos mas y más. Es una vida tranquila la que llevo, sin sobresaltos con momentos bisagras como todos uds.
En uno de ellos nace mi gusto por escribir aunque este placer lo auguró mi maestra de primaria, a quien guardo en el corazón, confirmando mi verdadera vocación: escritor. La 1º historia nace mirando el cielo de noche, solo, en una playa (allí donde viví veranos de infancia feliz), luego desencadeno otros escritos que, a diferencia del primero, quedaron en cenizas. Con el tiempo viene una revista que hicimos con amigos y finalmente descubriendo este sitio encontré la forma de que lo que trasmito no lo queme mi inconformidad.
Hoy mi vida se resume en disfrutar de mis seres queridos, generar proyectos que me den más tiempo que dinero. Voy de la mano de un ser especial que creo proteger, que me da paz. Juntos proyectamos una familia con intención de repetir el éxito de nuestros padres.
Disfruto mucho de las caricias de la vida, una a una ya que se que hay un día en que puede venir algún revés, es inevitable… lucho para fortalecerme y estar preparado.
Mi Fe en alguien superior me provoca tranquilidad, y la esperanza de que esta vida es una etapa más de construcción me permite vivir en cierta armonía con aquello que nunca fue pero que será.
¿Cuales son mis sueños? ¿Que veo en el espejo? ¿Que me inspira? ¿A que le tengo miedo? Definiciones de la vida solo las daré cuando sea famoso y Juan me entreviste. Mientras agradezco a quienes me han dejado un comentario en los escritos ya que han sido muy amables. Si adelanto que habrá un par de escritos más al sitio del cual estoy eternamente agradecido no solo por el espacio sino por el disfrute que me provocaron los demás miembros. Hasta pronto.

El Viaje

Van, vienen. Diferentes personas pasan. Están los apurados, los lentos, los indiferentes, los nerviosos, los que buscan, los tranquilos, la lista es amplia.En la vereda de un pueblo el observador se encuentra con una importante variedad de seres que arrastran diferentes emociones.Tal vez nos pasa desapercibido usualmente por ser unos de los distraídos. Eso si, el día que pertenezcas al grupo de los observadores vas a sondear una paleta de estados increíbles. Lleva sólo unos minutos, alcanza con una mirada. Podrá con ello desenrollar una historia que se convertirá en nada o en la mejor de todas.El merito será suyo o de su fantasía, o bien consecuencia de lo que absorba. Sin duda que será intenso.Aquel día era de primavera, imborrable provoca esta nota, época de exámenes. Nervios. Viajaba hacia la Facultad. En lo que sería un muestreo de la vereda: el colectivo de línea urbana.Algunos pasajeros seguían compenetrados, otros relajados miraban el exterior. Unas mujeres conocidas entre ellas entregaban risitas al ambiente. Queriendo salir de mis nervios, practiqué la rutina de observador de rostros.La experiencia aconsejo comenzarla haciendo un paneo general, ese día algo me atrapó inmediatamente, había una mirada que se perdía en el trajín del desfile de objetos, pasaban conformes al avance del transporte. La capté a medias y como una rotonda de pensamientos supuse que estaba enamorada o que recordaba…tal vez extrañaba.No sabía por cual optar, intenté concentrarme un poco más. Necesitaba encontrarle el sentimiento. Cerré los ojos por un instante.De pronto su angustia me invadió, sufría…El ya no estaba, lo extrañaba. Intentaba recordarlo. Creía escuchar su voz, pero no sonaba…temía olvidarla. En sus laberintos todavía quedaba algún “Te quiero” errante, sin destino vagaba sin salida.Una frenada brusca me sacó la atención. Abandoné su desolación, pese a que escuchaba el corazón abatido.La ansiedad del chofer se sentía, faltaban muchas horas para su día de descanso. Su juventud no enervaba la agitación.De pronto mi atención se concentró en el futuro pasajero, que ya tenía un pie en el colectivo. En ese instante una voz que nunca llega a nuestros oídos frena el ascenso. Lo detuvo, fueron segundos lentos, intensos para varios de nosotros. El chico vuelve su mirada hacia atrás respondiendo, el colectivero saca el cambio del motor intuyendo el momento.Ella angustiada se toma un descanso y se concentra en la situación junto conmigo. Inmediatamente la voz del padre se repite, llega a nuestros oídos: “compórtate bien”, era un pedido distendido. El hijo abandona el colectivo y sobre sus pasos vuelve. Abre sus brazos y con ellos rodea a su protector… se sintió, era amor, agradecimiento.La angustia y la ansiedad de los extraños se evaporaron del ambiente. Había amor, radiante. El padre sorprendido sabiamente cerró los ojos y gozó. Todos gozamos. Inmediatamente el joven subió al colectivo y de rodillas en el asiento por la ventana clavo su mirada en el padre, el lo amaba y el hombre en la vereda no salía de su estado. Había un pacto de amor, indisociable.En coro suspiramos, el motor arranco su marcha y los sentimientos individuales recobraron. El colectivero y la ansiedad, ella y la angustia, ahora un poco nostálgica se expresó con una lágrima. Pues ella entendía lo que había sucedido. El abrazo, el “Te quiero” íntimo propinado, era lo que la hubiera curado.Ese momento único nos reforzó la idea de aprovechar cada instante para demostrar lo que sentimos. Fue sólo eso, un momento especial. Usted no espere por el, adelántese y dígalo. Abrace puede ser una de las últimas oportunidades. Ella sin saber todavía de estas palabras comprende lo que digo.

Fecha de publicación: 13/03/2006

Discusion

Este es un recuerdo que guardo desde mucho tiempo, proviene de mi etapa en la escuela primaria rural. Tenia aproximadamente nueve y en una acalorada discusion con mis colegas de estudio no lograbamos ponernos de acuerdo. Esto transcurria en el recreo y teniamos algun que otro espectador de la confrontacion verbal planteada. Los mas chicos lograban concentrarse en el tema polemico e incluso interrumpian con alguna que otra pregunta que clarificase. Cosa que de buena manera era contestada por uno de nosotros. Otros chicos, mayores de edad(quizas diez u once)esbozaban una sonrisa a modo de poseer mas sapiensa y se alejaban rapidamente para evitar algun cuestionamiento que pusiera en juego su conocimiento en la materia.Transcurrio la discusion sin llegar a un claro entendimiento de la disputa conceptual y para darle un punto final a todo el embrollo decidimos por iniciativa mia consultar con nuestra maestra Yoli Gonzales. Ya que la palabra de ella era santa y ademas había estudiado un monton...Entramos al aula y una vez sentado en mi banca procedí a acomodarme mi delantal y con un movimiento de cabeza, digna de un tanguero arrabalero, la llame para que se aproximara a el foro de discusion y que por fin dictaminara quien estaba mejor enfocado. -Mire maestra, abusando de su conocimiento- alege mientras engrosaba mi voz para darle seriedad al asunto- nos hemos visto en la necesidad de consultarla sobre una duda que nos aqueja--Haber Leandro, contame cual es el problema- dijo Yoli mientras peinaba su flequillo en el vidrio de la ventana.- La cosa es asi: Marcelo y el gordo Gabriel dicen que para tener un bebe hay que escupirle una leche a la mujer de uno y listo... y para mi es que hay que juntar la semillita de papá y la de mamá y esperar a que se hinche el ombligo.Usted que me dice?- finalice cruzandome de brazos.Ustedes imaginense la cara de la maestra Yoli... si Uds. hubieran escuchado el escandalo de las nenas!En fin la discusion fue aclarada y la anecdota recordada. Solo me resta volver ha ubicar en el cofre blanco de mi vida a mi segunda mamá la maestra Yoli GONZALES.

Publicado en 1998

El Desvio

Hace un tiempo que corre por mi mente la idea de que me encuentro en lo que puede ser la mitad de mi existencia. Encuentro aquí una forma de canalizar palabras que solo, probablemente, se entenderán por mi y aquel que apenas agudice su atencion. Están prevenidos.
Surgen análisis, brotan recuerdos, y pretendo vislumbrar lo que vendrá, a consecuencia de decisiones que todavía se elaboran.
Algunas sin transcendencia que provocaran grandes cambios y otras tan difíciles de tomar que luego no las recordare. Si, también surgen contradicciones.
Camino sobre una senda que otorga a la observación de ajenos cierta luz, parece todo tan ordenado. Sospecho que lo terrible es que finalmente lo sea.
Por momentos mi alma se distiende y saborea la cosecha de lo que tanto costo, una pizca de tranquilidad, otra de contención, gotas de sonrisas seductoras, una lluvia de cabellos que acarician un rostro que ya seca, que borra huellas. Grietas que no se olvidaban con el primer brindis, que dolían con la tormenta. Incomprensión, desilusión y ausencia pretenden resumir un epilogo de un viaje intenso, aventurado, inocente por sobre todas las cosas. Esperanzado desde siempre.
Dormía en la anarquía y los rayos del sol me despertaron, un ser que conoció desde siempre como mi mente maquina, deforma, anuda, brota, transforma sentimientos que por momentos me rodearon.
La vida se completa con buenos recuerdos, lo descubrimos desde jóvenes, y sobre esa creencia es que pongo precaución y hoy analizo con mas cuidado ante la nostalgia. Como tampoco me encandilo con la luz.
En la elección se resignan cosas, es inevitable, ¿les ha pasado que las insignificantes perdidas luego no lo son?. Que sabiduría demandan los momentos en que hay que evaluar lo importante de lo insignificante. ¿Será que la esperanza para suponer que lo eterno será circunstancial puede conducirnos a la aridez?.
¿Cual es el precio por negar lo que parece insignificante? ¿Qué determina que no sea costoso? Parece que lo vale, va con ello mi vida. Nacen posibilidades, sueños que se cumplen.
No debería contarlo pero poco a poco miro por la ventana y me invade un pesar que conozco, el viento que al acariciarme trae ecos que embriagan. En la intimidad del encuentro mi alma sonríe pese a lo breve. Supone que no empaña, que no traiciona. ¿Acaso en la senda no ronda secretos? La traición, pese a que casi no la conozco, le temo. Detrás de su figura se esconde la desolación, que si que la conozco.
Me debato entre la ambigüedad de la realidad acogedora, sobria, predecible; y los sueños que alguna vez construyeron un mundo especial, irreal, impredecible. Desde la racionalidad la elección es obvia, y hacia allí caminare. Arrastrando en las alforjas sentimientos que costara repetir. Que solo saldrán ante la eventualidad dolorosa, ya tarde, tal vez no.
Es la mitad, hay metas, alegrías, amigos, ganas, proyectos, amores, solo resta que todo salga mejor.

Fecha de publicación: 12/12/2005